Sin darnos cuenta, a veces decimos o hacemos cosas que afectan a otros. Podemos hablar de manera imprudente, ser inoportunos o herir sin intención. Estas acciones revelan nuestra limitación de conocimiento y nuestra humanidad imperfecta. “Sin saberlo” también nos recuerda cuán vulnerables somos a los errores y cuánto nos falta por aprender y crecer. Aun así, hay cosas que sí sabemos que están mal y que, a pesar de todo, seguimos haciendo. Son esos hábitos y pecados que elegimos mantener. Pero Dios, en Su omnisciencia, conoce nuestras faltas y nuestras luchas. Él entiende lo que ocultamos y lo que no comprendemos. Podemos confiar en que Su sabiduría y amor nos guían, incluso cuando estamos perdidos o actuamos sin intención. Confía en que Dios, quien lo sabe todo, puede llevarte hacia un camino mejor y más sabio.
La Biblia dice en Daniel 2:22, “Él revela cosas profundas y misteriosas y conoce lo que se oculta en la oscuridad, aunque él está rodeado de luz” (NTV).
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