Hablamos con Guillermo Palomero, director de la Fundación Oso Pardo, sobre la situación en la que se encuentran los más de 400 ejemplares que pueblan la Península después de los incendios. Hasta que las llamas no se apaguen no se podrá saber si ha muerto algún animal, pero Palomero sí adelanta que se ha quemado parte de su hábitat y que ahora habrá que extremar la vigilancia para que no se acerquen a núcleos urbanos en busca de comida.