Resucitar no significa que la oposición desaparece. A veces, obedecer a Dios te lleva directamente a una cárcel. Hoy en Café con Cristo, el Cafetero Mayor te lleva al corazón de Jerusalén, donde los apóstoles, encarcelados por predicar vida, son liberados milagrosamente por Dios no para esconderse, sino para seguir proclamando. La cárcel no es el final de tu historia.
La cárcel es el escenario de tu milagro. Si hoy sientes presión, oposición o cansancio, este episodio es para ti. No resucitaste para caminar en cenizas.¡Naciste para caminar en fuego! Escúchalo, comparte el fuego, y sigue encendiendo corazones.
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